Read Psicología de la posible evolución del hombre Online

Authors: P. D. Ouspensky

Tags: #Autoayuda, Filosofía, Histórico.

Psicología de la posible evolución del hombre (10 page)

BOOK: Psicología de la posible evolución del hombre
6.83Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Traten ahora de formular lo que notaron cuando trataron de observarse.

Notaron tres cosas:

  • Primero, que no
    se recuerdan a sí mismos
    ; es decir, que no se percatan de sí mismos en el momento en que tratan de observarse.
  • Segundo, que la observación se hace difícil por el incesante flujo de pensamientos, imágenes, ecos de conversaciones, fragmentos de emociones, que fluyen por su mente y muy a menudo distraen su atención de la observación.
  • Tercero, que desde el momento en que comienzan a observarse, algo en ustedes desata la imaginación, y que la observación de uno mismo, si realmente la tratan, es una lucha constante contra la imaginación. Ahora bien, éste es el punto principal en el trabajo sobre sí mismo. Si uno se da cuenta de que todas las dificultades en el trabajo dependen del hecho de que uno no puede recordarse a sí mismo, uno ya sabe lo que tiene que hacer.

Uno debe tratar de recordarse a sí mismo.

Para hacer esto se debe luchar contra los pensamientos mecánicos, y se debe luchar contra la imaginación.

Si uno hace esto en forma concienzuda y persistente, verá los resultados en un tiempo relativamente corto. Pero no se debe pensar que es fácil ni que se puede dominar esta práctica de inmediato.

El recuerdo de sí
, como se le llama, es muy difícil de aprender a practicar. No debe estar basado en la expectativa de resultados, de lo contrario uno se puede identificar con sus esfuerzos. Debe basarse en el darse cuenta de que no nos recordamos a nosotros mismos, pero que al mismo tiempo
podemos
recordarnos a nosotros mismos, si lo tratamos con suficiente persistencia y de manera apropiada.

No podemos llegar a ser conscientes a voluntad, en el momento en que lo queramos, porque no tenemos dominio sobre nuestros estados de conciencia. Pero podemos
recordarnos a nosotros mismos
, por un corto período, a voluntad, porque tenemos cierto dominio sobre nuestros pensamientos. Y si comenzamos recordándonos a nosotros mismos, mediante una construcción especial de nuestros pensamientos -es decir, dándonos cuenta de que no nos recordamos a nosotros mismos, de que nadie se recuerda a sí mismo, y dándonos cuenta de todo lo que esto significa- esto nos llevará a la conciencia.

Ustedes deben recordar que hemos encontrado el punto débil en el muro de nuestra mecanicidad. Este es el conocimiento de que no nos recordamos a nosotros mismos; y el habernos dado cuenta de que podemos tratar de hacerlo. Hasta este momento nuestra tarea sólo ha sido el estudio de sí. Ahora, con la comprensión de la necesidad de un cambio real en nosotros mismos, el trabajo comienza.

Más adelante aprenderán que la práctica del recuerdo de sí, conectada con la observación de sí, y con la lucha contra la imaginación, no sólo tiene un significado psicológico sino que también cambia la parte más sutil de nuestro metabolismo y que produce efectos químicos, o quizá sea mejor decir alquímicos, en nuestro cuerpo. De esta manera hoy, partiendo de la psicología, hemos llegado a la alquimia; es decir, a la idea de la transformación de los elementos groseros en otros más finos.

Quinta conferencia

En relación con el estudio del posible desarrollo del hombre, debo establecer un punto muy importante.

Hay dos lados del hombre que deben ser desarrollados, es decir, hay dos líneas de posible desarrollo que tienen que proceder simultáneamente.

Estos dos lados del hombre, o esas dos líneas de posible desarrollo, son el
saber
y el
ser
.

Ya he hablado muchas veces sobre la necesidad del desarrollo del saber, y particularmente del conocimiento de sí, porque uno de los rasgos más característicos del estado actual del hombre es que
no se conoce a sí mismo
.

Por lo general la gente comprende la idea de diferentes niveles de saber, la idea de la relatividad del saber, y la necesidad de un saber totalmente nuevo.

Lo que en la mayoría de los casos la gente no comprende es la idea de que el
ser
está completamente separado del saber; y más aún, la idea de la relatividad del ser, la posibilidad de diferentes niveles del ser, y la necesidad del desarrollo del ser, separadamente del desarrollo del saber.

Un filósofo ruso, Vladimir Solovieff, usaba el término "ser" en sus escritos. Hablaba del ser de una piedra, del ser de una planta, del ser de un animal, del ser de un hombre y del ser divino.

Esto es mejor que el concepto ordinario, por cuanto en la comprensión ordinaria el ser de un hombre no es considerado en forma alguna diferente del ser de una piedra, del ser de una planta, o del ser de un animal. Desde el punto de vista ordinario, una piedra, una planta, un animal,
son o existen
, exactamente de la misma manera que un hombre
es
o
existe
. En realidad, existen de manera totalmente diferente. Pero la división de Solovieff no es suficiente. No hay tal cosa como
el ser de un hombre
. Por cuanto hay demasiadas diferencias entre los hombres. Ya he explicado que desde el punto de vista de la enseñanza que estamos estudiando, el concepto de hombre está dividido en siete conceptos: el hombre N° 1, el hombre N° 2, el hombre N° 3, el hombre N° 4, el hombre N° 5, el hombre N° 6 y el hombre N° 7. Esto quiere decir siete grados o categorías de ser: el ser N° 1, el ser N° 2, el ser N° 3, etc. Además, conocemos divisiones más finas. Sabemos que puede haber hombres N° 1 muy diferentes, muy diferentes hombres N° 2, y muy diferentes hombres N° 3. Pueden vivir enteramente bajo influencias A. Pueden estar afectados por igual tanto por las influencias A como por las influencias B. Pueden estar más bajo las influencias B que bajo las A. Pueden tener un centro magnético. Pueden haber entrado en contacto con la influencia de una escuela o influencia C. Pueden estar en camino de llegar a ser hombres N° 4. Todas estas categorías indican diferentes niveles de ser.

En el pensamiento religioso la idea del ser entraba en la base misma del pensar y del hablar sobre el hombre, y, en comparación con ella, todas las otras divisiones del hombre eran consideradas como sin importancia. Los hombres estaban divididos, por un lado, en paganos, descreídos, o herejes y, por el otro, en verdaderos creyentes, hombres justos, santos, profetas, etc. Todas estas definiciones no se referían a puntos de vista ni convicciones, es decir,
no al saber
sino al
ser
.

En el pensamiento moderno se ignora la idea del ser y de diferentes niveles de ser. Por el contrario, se cree que cuantas más discrepancias y contradicciones haya en el ser de un hombre, tanto más interesante y brillante puede ser. En general se admite, aunque tácitamente -y algunas veces ni siquiera tácitamente-, que un hombre pueda ser dado a la mentira, pueda ser egoísta, indigno de confianza, irrazonable, pervertido, y sin embargo ser un gran sabio, o un gran filósofo o un gran artista. Naturalmente, esto es totalmente imposible. Esta incompatibilidad de diferentes rasgos en un ser, que por lo general es considerado como originalidad, en realidad sólo significa debilidad. No se puede ser un gran pensador o un gran artista con una mente pervertida o inconsistente, como no se puede ser un boxeador profesional o un atleta de circo si uno está sin fuerza física. La difundida y aceptada idea de que la inconsistencia y la amoralidad significan originalidad es responsable de muchas de las imposturas científicas, artísticas y religiosas de nuestros tiempos y probablemente de todos los tiempos.

Es necesario comprender claramente lo que significa
el ser
, y por qué debe crecer y desarrollarse paralelamente con el saber, pero independientemente de él.

Si el saber crece más que el ser, o el ser crece más que el saber, el resultado es siempre un desarrollo unilateral, y un desarrollo unilateral no puede ir lejos. Está destinado a llegar a una seria contradicción interior y detenerse allí.

Algún día quizá hablaremos de las diferentes clases de desarrollo unilateral y de los diversos resultados. De ordinario, en la vida nos encontramos sólo con una clase, es decir, cuando el saber ha crecido más que el ser. El resultado toma la forma de una dogmatización de ciertas ideas y la consecuente imposibilidad de un mayor desarrollo del conocimiento debido a la pérdida de comprensión.

Hablaré ahora de la comprensión.

¿Qué es comprender?

Traten de hacerse esta pregunta y verán que no la pueden contestar. Siempre han confundido
comprender
con
saber
o tener información. Pero saber y comprender son dos cosas totalmente distintas, y ustedes deben aprender a distinguir una de la otra.

Para comprender una cosa deben ver sus conexiones con algún objeto mayor, o con un conjunto mayor, y las posibles consecuencias de esta conexión. Comprender es siempre la comprensión de un problema más pequeño en relación con un problema mayor.

Por ejemplo, supongamos que les muestro un viejo rublo ruso de plata. Era una moneda del tamaño de una pieza de media corona y equivalía a dos chelines y un penique. Pueden mirarla, estudiarla, fijarse en qué año fue acuñada, averiguar todo sobre el Zar cuya efigie está en una de sus caras, pesarla, hasta pueden hacer un análisis químico para determinar la cantidad exacta de plata que contiene. Pueden aprender lo que significa la palabra "rublo" y cómo vino a usarse. Pueden aprender todas estas cosas y probablemente muchas más, pero no
comprenderán ni la moneda ni su significado
si no averiguan que antes de la última guerra su poder adquisitivo correspondía en muchos casos a la libra esterlina actual, y que el rublo de papel de hoy en día en la Rusia bolchevique corresponde en muchos casos a un cuarto de penique inglés o menos. Si averiguan esto
comprenderán
algo sobre un rublo y quizá también sobre otras cosas, porque la comprensión de una cosa de inmediato lleva a la comprensión de muchas otras.

Con frecuencia hasta se cree que comprender significa encontrar un nombre, una palabra, un título o una etiqueta para un fenómeno nuevo o inesperado. Encontrar o inventar palabras para cosas incomprensibles no tiene nada que ver con la comprensión. Por el contrario, si nos pudiéramos deshacer de la mitad de nuestras palabras, quizá tendríamos mejor posibilidad de cierta comprensión.

Si nos preguntamos qué quiere decir comprender o no comprender a un hombre, debemos pensar ante todo en la instancia de no ser capaces de hablarle en su propio lenguaje. Por supuesto que dos personas que no tienen un lenguaje común no se van a comprender uno al otro. Deben tener un lenguaje común o ponerse de acuerdo sobre ciertos signos o símbolos con los cuales designarán las cosas. Pero supongan que durante la conversación no estén de acuerdo con su interlocutor sobre el significado de ciertas palabras, signos o símbolos; nuevamente dejarán de comprenderse.

De esto se deriva el principio de que
no se puede comprender y no estar de acuerdo
. En la conversación habitual decimos a menudo: «Lo comprendo, pero no estoy de acuerdo con él». Esto es imposible desde el punto de vista de la enseñanza que estamos estudiando. Si comprende a un hombre, está de acuerdo con él; si no está de acuerdo con él, no lo comprende.

Es difícil aceptar esta idea; y esto significa que es difícil comprenderla.

Como acabo de decir, hay dos lados del hombre que se deben desarrollar durante el curso normal de su evolución: el saber y el ser. Pero ni el saber ni el ser pueden inmovilizarse o permanecer en el mismo estado. Si cualquiera de ellos no crece y se fortalece, se hará más pequeño y más débil.

La comprensión puede ser comparada a una
media aritmética
entre el saber y el ser. Esto demuestra la necesidad de un crecimiento simultáneo del saber y del ser. El crecimiento de uno solo y la disminución del otro no cambiará la media aritmética.

Esto explica también por qué "comprender" significa estar de acuerdo. Los que se comprenden uno al otro no sólo deben tener un saber igual, deben tener también un ser igual. Sólo entonces es posible una mutua comprensión.

Otra idea falsa que se tiene, y que pertenece particularmente a nuestra época, es que la comprensión puede ser diferente, que se
puede
(es decir, que se tiene el derecho a) comprender la misma cosa de manera diferente.

Desde el punto de vista de esta enseñanza, esto es totalmente falso. La comprensión no puede ser diferente. Sólo puede haber una
comprensión
, el resto es incomprensión o comprensión incompleta.

Pero al mismo tiempo la gente piensa con frecuencia que comprende las cosas de manera diferente. Todos los días podemos ver ejemplos de esto. ¿Cómo podemos encontrar una explicación a esta aparente contradicción?

En realidad, no hay contradicción. Comprender significa la comprensión de una parte en su relación con el todo. Pero la idea del todo puede ser muy diferente en las personas según su conocimiento y según su ser. Es por esto que nuevamente la enseñanza es necesaria. La gente aprende a comprender al comprender la enseñanza, y comprendiendo todo lo demás en relación con la enseñanza.

Pero hablando a nivel ordinario, sin la idea de una escuela o de una enseñanza, uno tiene que admitir que hay tantas comprensiones como personas. Cada uno comprende todo a su propia manera o de acuerdo con uno u otro entrenamiento mecánico o hábito; pero todo esto es una comprensión subjetiva y relativa. El camino a una comprensión objetiva pasa por las enseñanzas de escuela y por el cambio del ser.

Para explicar esto debo regresar a la división del hombre en siete categorías.

Deben darse cuenta de que hay una gran diferencia entre los hombres N° 1, 2 y 3 por un lado y los hombres de más altas categorías por el otro. En realidad la diferencia es mucho mayor que lo que podemos imaginar. Es tan grande que, desde este punto de vista, toda la vida se considera como dividida en dos círculos concéntricos, el círculo interior y el círculo exterior de la humanidad.

BOOK: Psicología de la posible evolución del hombre
6.83Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

A Baby by Easter by Lois Richer
Awake by Natasha Preston
Phantoms of Breslau by Marek Krajewski
Beta Test (#gaymers) by Annabeth Albert
Stacey's Choice by Ann M. Martin
Akira Rises by Nonie Wideman, Robyn Wideman